Niebla en Pio de Sajambre
Niebla pálida y sutil
que en alas vas de los vientos,
no así callada y sombría
desaparezcas a lo lejos,
en pos de ti correré ,
sin vagar y sin sosiego,
porque está sedienta el alma
de tus sombras y misterios.
Acuérdate, engañadora,
del inocente embeleso
con que, niño embebecido,
contemplaba tu silencio,
por si en él resonaban
perdidos y blancos ecos
de las arpas melodiosas
de las magas de los cuentos.
Enrique Gil y Carrasco (1815-1846)
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